No, no es una lista de éxitos ni una relación de mis canciones preferidas. En realidad, es el título de un libro del escritor británico Nick Hornby, autor de novelas como Alta fidelidad (imprescindible para aficionados al pop-rock en general), Érase una vez un padre o Cómo ser buenos, y de libros que se podrían calificar dentro del género del ensayo como Fiebre en las gradas (sobre el fenómeno hooligan asociado a los equipos de fútbol) o este 31 canciones. Resulta que Hornby, profesor de literatura, periodista y guionista cinematográfico, es uno de esos personajes para los cuales la música es como el aire que respira, un auténtico enfermo de melomanía aguda (como yo, lo confieso) que no sabe dar un paso ni ejecutar acción alguna sin tener una melodía o un estribillo en la cabeza.
¿Y qué diantres escribe Hornby en este libro? Pues muy sencillo: lo que hace es recrear, recordar y contextualizar 31 canciones que están entre sus preferidas desde que era un chaval y comenzó a escuchar música. Como el hombre ya tiene una edad (52), ha pasado por varias etapas, incluyendo la afición al heavy metal, la adscripción al punk rock, y una posterior evolución hacia el eclecticismo y el progresivo derrumbe de fobias y tabúes que le hace capaz de disfrutar por igual de un riff endemoniado que de una tierna balada campestre.
No se trata de hacer crítica musical. Se trata de “sentir” la música, de describir el maravilloso torbellino de emociones que a uno le envuelven cuando escucha canciones que le gustan, que le hacen vibrar, que le retratan o hablan de sus pasiones y las de otros como él. No hay aquí análisis estilístico ni sesudos estudios sobre géneros y corrientes. Hay víscera, sentimiento, implicación, melancolía, pasión, goce, admiración, sorpresa… Todo aquello que se siente cuando comienzan a sonar las primeras notas de una composición que te refleja y te atrapa.
No importa que conozcas o no estas 31 canciones, ni a los grupos o artistas que las interpretan. Hay aquí desde grandes clásicos como Thunder Road de Springsteen, Heartbreaker de Led Zeppelin o Pissing In A River de Patti Smith, hasta intérpretes que para mí resultan desconocidos. También desfilan por el libro Teenge Fanclub, The Clash, Jackson Browne, Ian Dury & The Blockheads o Ani Di Franco, entre muchos otros. Lo que importa es conocer o no esos temas no es importante. Lo es reconocer a otra persona que vive la música como tú, con la misma pasión y necesidad vital, alguien capaz de dedicar un libro a esos gloriosos tres minutos que te llenan el alma y la mente y producen, cada vez que escuchas un disco en cualquier tipo de reproductor o en tu propia cabeza, todas esas emociones y sensaciones sin las cuales la vida sería mucho más gris y triste. Nick Hornby: uno de los nuestros.