martes, 5 de enero de 2010

LA HISTORIA MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA


Hoy hace justo un año que cobró vida este blog. Primer aniversario, pues (a pesar de que, lo reconozco, últimamente lo he tenido un tanto desatendido). Y creo que nada mejor para celebrarlo que una entrada sobre otro aniversario, una efeméride que nos lleva directamente hasta el nacimiento del rock and roll y de la música popular tal como la entendemos hoy en día.

En efecto, el próximo viernes día 8 de enero se cumplen 75 años del nacimiento de Elvis Presley. Treinta y dos años después de su muerte en agosto de 1977, el legado musical de Elvis continúa tan vivo como antaño, sus discos se siguen vendiendo como rosquillas y Graceland, su célebre mansión, es el segundo lugar más visitado de Estados Unidos, después de la mismísima Casa Blanca. Por supuesto, se han organizado toda clase de fastos, celebraciones y actos públicos, pero desde humilde lugar en el hiperespacio rescataremos de las catacumbas del pasado, y como sentido homenaje al Rey, el momento en que, gracias a su voz y a su cuerpo, el rock devino fenómeno de masas cultural convirtiéndose en la principal corriente artística y musical del siglo XX. Y para ello, nada mejor que empezar por el principio. Y por el relato de los días en que un camionero taciturno de Memphis cambió las coordenadas musicales de todo el mundo para siempre.

Estamos en la ciudad de Memphis, capital del estado de Tennessee, y corre el año 1954. En los estudios de Sun Records se hallan cuatro personas. Se trata del propietario del estudio, Sam Phillips, el guitarrista Scotty Moore, el bajista Bill Black, y un nuevo cantante llamado Elvis Presley. Mientras Moore y Black afinan sus instrumentos, Presley se entretiene rascando su guitarra y atacando las estrofas de That’s Allright, Mama, un tema de ryhtym & blues clásico de Arthur Crudup. Sorprendido, Phillips ordena a los dos músicos que sigan a Elvis mientras, a escondidas, graba lo que los tres están pariendo sin saberlo: puro, salvaje y rebelde rock’n’roll.

Han pasado más de cincuenta y cinco años desde ese día, 5 de julio de 1954. En realidad, todo fue fruto de un cúmulo de casualidades, pues Elvis Presley le fue recomendado a Sam Phillips por su secretaria, prendada de aquel blanco con voz de negro que un buen día fue a grabar un single como regalo de cumpleaños para su madre. Simplemente, Elvis se sabía de memoria That’s Allright, Mama, y la cantó imitando y exagerando las inflexiones vocales de su autor. En los días siguientes, el cuarteto grabó más canciones, la mayoría de ellas versiones de clásicos country o blues, con los cuales Sun Records fue publicando una serie de sencillos durante el siguiente año y medio. Se trata de temas que hoy figuran en letras de oro en la memoria de la música popular del siglo XX, como Blue Moon Of Kentucky, Mistery Train, Good Rockin’ Tonight o Baby, Let’s Play House.

El 10 de julio de 1954, That’s Allright Mama sonaba por primera vez en una emisora de radio, la WHBQ de Memphis. Inmediatamente, la centralita de la emisora quedó bloqueada por las llamadas de personas que preguntaban quién era aquel nuevo cantante, y que se sorprendían al saber que era un joven blanco. El discjockey tuvo que poner el disco 14 veces esa noche ante la demanda de los oyentes, e incluso se vio obligado a localizar a Elvis para que fuera corriendo al estudio para ser entrevistado. Aquella noche nació el mayor mito de la música popular de todos los tiempos.

Diez días después, Elvis actúa en directo por primera vez en su vida ante varios centenares de personas en un parque de Memphis. Tras salir al escenario, camina un par de pasos, se planta delante del micrófono y golpea la guitarra, rompiendo dos cuerdas y provocando espasmos de histeria entre las adolescentes que asisten al concierto antes de cantar una sola nota. Sin saberlo ni pretenderlo, en apenas diez días ha inventado, codificado y descrito el rock and roll. Este es el indiscutible mérito y valor de las canciones nacieron en aquellas sesiones. El valor de lo nuevo, de lo rompedor, de lo pionero. El valor de los sonidos que se convierten en historia, puesto que la cambian y modifican hasta se convierten en frontera del paso de una realidad a otra, canciones que son imprescindibles para entender el presente en que ahora vives.

Elvis Presley no fue el primer cantante de rock´n´roll. Antes que él ya habían publicado discos artistas como Chuck Berry, Fats Domino o Bill Haley. Pero la voz de Elvis, su carisma y su capacidad para hacer suyas las canciones de otros compositores, lo convirtieron en el ídolo de masas que la incipiente industria del rock necesitaba para abrise su propio mercado. Para acercarse a esas caciones en su contexto, hay que comprender que en su día fueron un vendaval que barrió todo lo hecho anteriormente. Los ídolos de antaño de repente parecieron viejos y cansados, gastados hasta el punto de que parecían pertenecer a otra época, a otra edad geológica. Simplemente, ya nada volvió a ser como antes.

Como resumen final, y como homenaje añadido de otro grande del rock, unas palabras que pronunció el beatle John Lennon unos años después: “antes de Elvis no había nada”. Escuchando estas canciones podemos comprender cuánta razón tenía. Larga vida al Rey.

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