Durante la primera mitad de los años setenta, el panorama de la música rock estaba dominado básicamente por tres estilos que tuvieron una suerte diversa: el heavy metal, el glam rock y el rock sinfónico. El heavy metal, después de sufrir múltiples mutaciones, continúa vivo y coleando hoy en día, mientras que el glam rock suele revivir de sus cenizas de tanto en tanto. Sin embargo, el llamado rock sinfónico (o progresivo) fue muriendo poco a poco durante unos pocos años hasta desaparecer literalmente, convirtiéndose en un género denostado y maldito. Pero no cabe duda de que en su momento fue uno de los estilos dominantes del rock, y que dejó para la historia un puñado de obras cuya calidad está fuera de toda duda. Y Tales From Topographic Oceans es una de ellas.
Surgidos a finales de los sesenta, Yes fue un grupo que cabalgó en sus inicios entre el rock progresivo y la psicodelia hasta que su formación se estabilizó con la entrada del guitarrista Steve Howe y el teclista Rick Wakeman, que pasaron a ser, junto a la voz de Jon Anderson, elementos inconfundibles de su sonido. Un sonido que en álbums anteriores como Fragile o Close To The Edge ya estaba perfectamente definido: temas largos de intrincados desarrollos melódicos, ejecución instrumental milimétrica, letras que cabalgan entre el misticismo y la ciencia-ficción, y, sobre todo, ingentes cantidades de imaginación y fantasía. En este sentido, Tales From Topographic Oceans es la cumbre del sonido Yes. Se trata de una obra ambiciosa y exhaustiva, en la que el grupo se vacía completamente y descarga todas sus potencialidades.
Originalmente, el álbum era un doble vinilo en el que cada cara estaba ocupada por una única composición, rondando todas ellas los veinte minutos de duración y convirtiéndose en verdaderas suites que, a la manera de las composiciones clásicas, mantenían una compleja sucesión de pasajes musicales. Atmósferas cambiantes, ritmos complejos que huían del consabido compás clásico del rock, ambientaciones surrealistas y temáticas esotéricas se suceden sin interrupción hasta dejar al oyente conmocionado y extasiado ante tamaño despliegue de imaginación. Según cuenta Jon Anderson, líder y alma de Yes, las cuatro composiciones del disco están basadas en viejos libros del espiritualismo hindú, llamados vedas. Cada una de las suites tiene como eje argumental uno de esos libros y gira alrededor de cuatro conceptos bien definidos: la creación del universo, la importancia de la memoria histórica, el recuerdo de las civilizaciones del pasado, y el renacimiento continuado del ser humano. Sin duda son conceptos un tanto alejados de la temática clásica de los discos de rock, pero en manos de Yes se convierten en una maravilla, en una joya única e irrepetible que hoy sigue sonando tan sorprendente y vibrante como el día de su publicación, hace ya casi cuarenta años.
Así que, atención. Escuchar este álbum es entrar en un reino mágico, en un mundo paralelo repleto de fantasía musical, en una forma de comprender e interpretar la música que hoy en día, desgraciadamente, no tiene cabida en un panorama musical más pendiente de la imagen impactante y el estribillo de consumo rápido que en la genialidad de un trabajo irrepetible. A pesar de todo, y aunque parezca increíble, Yes siguen hoy vivos y coleando, publicando discos con cierta regularidad y realizando giras que de tanto en tanto les acercan por estas tierras. Y en cualquiera de esos conciertos, ten por seguro que las notas de sus canciones volverán a sonar y te transportarán hasta otra época que quizá no tuviste el privilegio de conocer.
Que maravilla Tales from Topographic Oceans. Hace años que estoy profundizando en su mensaje, y es una auténtica mina de meditación, reflexión y éxtasis.
ResponderEliminarLa juventud, y no solo la juventud, vive hoy un retroceso mental y espiritual. Por eso, aun queda mucho tiempo antes de que las generaciones futuras lleguen a un nivel evolutivo adecuado, como para poder captar íntegramente lo que contiene esta magnífica obra maestra: nada menos que el oceano. Pero, no un oceano cualquiera, sino el Oceano topográfico que lo abarca todo.
Sólo puedo decir que el rock llamado progresivo no sólo no se ha olvidado sino que puede ser considerado hoy el donante de algunas de las obras maestras del rock de siempre: Grueso como un ladrillo y Aqualung de Jethro Tull; Cuentos de los océanos topográficos y Close to the edge de Yes; En la corte del rey Crimson, de King Crimson; Tarkus, de ELP; Vendiendo Inglaterra por una libra de Génesis; gran parte de la obra dePink Floyd y tantas pequeñas maravillas de Gentle Giant, Van der Graaf Generator, Premiata Fornería Marconi y otros.
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