Ivor Wynne Stadium, Hamilton, Canadà, 28 de junio de 1975. Pink Floyd llevan casi un año descansando después del descomunal éxito y posterior conversión en leyenda del álbum Dark Side of The Moon. La banda debía sentarse y refundar las bases del grupo en torno a algún tipo de pegamento místico que hiciera cohesión en esos tiempos de éxito desatado. Estaban siendo presa del éxito y de la fama y del frío mundo de la industria musical, y los Floyd dedicaron el año 1974 a meditar, componer nuevos temas y reflexionar sobre sí mismos y sobre su ya legendaria historia.
Pink Floyd componen los temas de lo que será Wish You Were Here durante ese 1974 y principios de 1975, un disco que nació ecléctico e inconexo pero que pronto, de la mano de Roger Waters, tomó una dirección bien distinta: la reconciliación con el pasado, la recuperación de los cimientos del original sonido del grupo, y el pago de una deuda contraída con el fantasma de Syd Barrett. Esos tres ejes configurarían la columna vertebral de su nuevo álbum y ejercerían de pegamento místico para sus nuevas composiciones. Esos nuevos temas todavía no estaban publicadas cuando Pink Floyd se embarca en una gira americana que comienza en la primavera de 1975. Así, la banda se presentaría en Vancouver, Canadá, el 8 de abril, luego en Seattle y San Francisco, y el 25 de abril en Los Angeles, para actuar posteriormente en Filadelfia, Landover y Jersey City, entre otras ciudades norteamericanas. Pero no sería hasta el 28 de junio en Hamilton, Canadá, donde tocarían la mejor presentación de los nuevos temas, una presentación histórica víctima de múltiples grabaciones piratas y que finalmente fue editada oficialmente en 2006 bajo el título de Magic Encounters, treinta y un años después de que Pink Floyd cubriera de magia la fría noche canadiense y regalase a sus fans uno de esos conciertos que se recuerdan durante muchos años después.
Wish you were here fue el disco número 11 en la carrera de los británicos que mejor han sabido capturar los sueños y traducirlos en canciones. Un disco que tiene, como es bien sabido, el extenso y épico tema Shine on Your Crazy Diamond como hilo conductor y sentido homenaje al maestro Syd Barrett, apartado del grupo por demencia en 1968. Los rumores hablaban de la vuelta de Syd, que Pink Floyd se encargaría de desmentir. Eso sí, los shows que la banda ofreció en esa gira fueron netamente espectaculares, cargados de efectos y estallidos en escena. En sus presentaciones una enorme pirámide verde aparecía con helio cubriendo la escena, rompiéndose y explotando en un estacionamiento cercano, donde los fans terminarían destrozándola y llevándose pedazos como souvenir.
Precisamente Shine on Your Crazy Diamond es la columna vertebral de este concierto, donde convive con otro tema del nuevo álbum, Have A Cigar, y la recuperación de todos los temas de Dark Side Of The Moon y la inclusión de un largo y psicodélico Echoes. Un repertorio incombustible e infalible que hizo que cuando Wish You Were Here se publicó finalmente en septiembre de 1975 el álbum llegue en dos semanas al puesto número uno en los charts americanos. La historia de Dark Side Of The Moon se repitió con Wish you were here, al ubicarse en el podio de los discos mas vendidos del mundo ese año y en años posteriores; dis discos que hicieron de Pink Floyd magos reconocidos del sonido y la música, y conjuraron en ellos sus mejores pócimas y hechizaron a todo un planeta
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