jueves, 22 de abril de 2010

DESPOJADO DE MI ALMA


Se anuncia a los cuatro vientos la reedición de Exile On Main Street, para muchos la joya de la corona de la extensísima discografía de The Rolling Stones, prevista para mediados de mayo. Reedición (en varios formatos, incluido alguno de verdadero lujo) cuya fase previa contempla la publicación de un single con un tema inédito (Plundered my soul), canción grabada en las mismas sesiones (1971) en las que se fraguó el mítico disco stoniano.

Cada vez que los Rolling Stones publican (o publicaban) un nuevo disco, los críticos de todo el planeta establecen siempre la misma comparación. El disco en cuestión es ensalzado o puesto en solfa en virtud de la distancia que le separa de Exile On Main Street. Treinta y ocho años después de su publicación, el único disco doble publicado por los Stones en toda su trayectoria continúa siendo el termómetro mediante el cual se mide el resto de su producción discográfica. Y eso que la banda venía de haber publicado en los últimos años obras maestras del calibre de Beggars Banquet, Let It Bleed o Sticky Fingers. Y hay que tener en cuenta también que quizá sea uno de los álbums menos conocidos del grupo, en el que escasean los temas comerciales y populares. Y sin embargo, como hemos dicho, es la referencia para averiguar si un disco de los Stones es más o menos interesante. ¿A qué se debe la leyenda y la importancia atribuida a Exile On Main Street?

Lo del exilio viene de que los Rolling Stones se trasladaron a Francia por cuestiones legales (el fisco perseguía a los pobres), y alquilaron una mansión en la Riviera francesa. Allí, rodeados de un ambiente decadente y caótico, con amigos que entraban y salían continuamente entre fiesta y fiesta, medio peleados entre ellos y colocados la mayor parte del tiempo, graban su obra más influyente y decisiva. ¿Por qué Exile On Main Street es la obra definitiva y capital que es? Pues porque es una jubilosa y contagiosa amalgama de rock, blues, country y godspell, producida con parquedad y sequedad, y en el cual las canciones, más que compuestas, son improvisadas prácticamente en directo por el grupo. Los sonidos tradicionales del rock y el blues americano, la versatilidad de tempos y temáticas, y el increíble estado de forma de la banda son las piezas clave de un disco que es sin duda una de las cimas más altas de toda la historia del rock.

El nervio, la libertad, la bendita suciedad que respira todo el álbum y la chulería y descaro con que se suceden las piezas imprescindibles, hacen de Exile On Main Street toda una clase magistral de qué es y cómo debe sonar el rock’n’roll. Sin temas clásicos instantáneos, con un sonido fundamentado en un marasmo de guitarras chirriantes y voces desgarradas, y con las tomas realizadas en una unidad móvil instalada en el jardín de la mansión, The Rolling Stones vuelven a convertirse, quizá por última pero definitiva vez, en la mejor banda de rock’n’roll del mundo.

Dice una frase conocida que en el caos no hay error. En el maravilloso caos de Exile On Main Street lo que hay son algunas de las mejores canciones que grupo alguno haya grabado jamás. Desde la turbulencia y la inmediatez de piezas como Rocks Off, Rip This Joint o All Down The Line, hasta la belleza cruda y descarnada de baladas magistrales como Let It Loose o Shine A Light, pasando por los temas más conocidos del disco, Tumbling Dice, Happy o Sweet Virginia, la escucha del álbum es toda una aventura mágica y casi iniciática que ayuda al oyente a redescubrir y disfrutar de la música que le fascinó en su adolescencia y que en muchos casos, dio sentido a más de una vida.

Rotundo, pletórico, físico en su portentosa emocionalidad, capaz de elevar mente y espíritu a la vez, Exile On Main Street sigue siendo hoy en día un monumento erigido a la mayor gloria del rock’n’roll. Pocas veces el rock ha sabido transmitir con tanto acierto tantas dosis de emoción como en este disco impagable e imprescindible. Y pocas veces también una colección de canciones ha comunicado algo innegable: que el rock no es sólo música. También es una forma de vida, un estado de ánimo, una disposición a abrazar la vida para no dejarla escapar.

Uno puede tener unos cuantos discos de cabecera que le acompañan fielmente con los años. Nunca te defraudan y siempre te aportan algo nuevo. Te redimen, te acarician, te miman, e incluso te riñen por tu bien. Como una madre recta y benévola o un amigo de toda la vida. Y en ese selecto grupo de discos que pueden conseguir hacer todo esto y más, no dudes ni por un momento que Exile On Main Street ocupa uno de los más destacados lugares.

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