jueves, 3 de junio de 2010

LOS INROCKUPTIBLES V: LA MARCA DE LA LUNA


Television es una de esas bandas de escasa discografía pero de una influencia que va mucho más allá de sus tres discos oficiales publicados. La historia de la banda es el relato de una visión, de una época en que se abrían múltiples caminos en el mundo de la música rock. Y sobre todo abrió una nueva puerta para todo aquel interesado en la música basada en la guitarra eléctrica, pieza clave alrededor de la cual gira toda la música del grupo. Formada a mediados de los años setenta, la banda está liderada por Tom Verlaine, cantante, guitarrista, poeta y articulista que había colaborado con el grupo de Patti Smith. En poco tiempo se convierten en uno de los grupos más destacados de la escena rock de Nueva York. Verlaine quiere convertir a Television en la banda abanderada de la vuelta a lo básico, a la simplicidad del rock primigenio, aunque sin renunciar a la calidad, tanto en la música como en las letras de sus canciones.

En 1977 firman con el sello Elektra y comienzan a grabar su álbum de debut: Marquee Moon. E inmediatamente, ese disco se convierte en leyenda. El álbum contiene una de las visiones más originales y transgresoras de la música rock que jamás se hayan grabado. Y el hecho de que 33 años después de su publicación siga siendo una “delicatessen” para unos pocos es un misterio que probablemente nunca se pueda ya resolver. Y sin embargo, desde el riff inicial del primer tema, See No Evil, es evidente que nos encontramos ante uno de esos discos que marcan una época y que fundan un nuevo linaje sonoro. Marquee Moon abrió un nuevo capítulo en el gran libro de la música hecha con guitarras, un capítulo basado en la belleza, la valentía y el riesgo. Un trabajo ciclópeo, circular y misterioso, pero de una belleza descomunal, una extraña pero definitiva simbiosis entre la lírica y la electricidad.

Los solos de guitarra de todo el disco, interpretados por Tom Verlaine y por el otro guitarrista de la banda, Richard Lloyd, aparecen listados en la portada del disco. Este dato habla de la importancia que Television otorgaba a esos solos. Lejos del exhibicionismo gratuito, los solos de guitarra de Marquee Moon son parte constituyente de las canciones, e incluso en buena medida el alma de las mismas. Verlaine, gran amante del jazz y de las guitarras hipnóticas de grupos como Velvet Underground, los dota de vida propia y los convierte en un medio más que un fin. Esa personal manera de encarar los juegos entre guitarras es fácilmente comprobable en todo el disco. Desde la violenta y recia Friction a la circular See No Evil. Desde la tensa Prove It a las más delicadas Guiding Light o Venus. Y, sobre todo, esos diálogos entre las dos guitarras brillan de manera fulgurante en las dos principales piezas de este trabajo: la temblorosa y etérea Torn Curtain, con su espiral de melancolía y sonidos enigmáticos, y la canción que da nombre al disco, Marquee Moon, casi diez minutos de transgresión y audacia en forma de impredecible tañido poético.

Lo bueno de una obra como Marquee Moon, además, es que es imposible adscribirla a este o a aquel género. No era punk rock, ni tampoco rock progresivo. Algunos críticos la calificaron como rock urbano de vanguardia. Pero cualquier calificativo se quedaría corto y romo. En todo caso, estamos delante de un disco muy, muy grande, de esos que jalonan la historia de la música rock como gemas engarzadas en una brillante diadema. Television publicaron en 1978 un segundo álbum, Adventure, antes de desaparecer para dar paso a una brillante carrera en solitario de Tom Verlaine. Desde entonces se han juntado un par de veces para realizar alguna que otra gira. No tuvieron éxito comercial y por ello su obra es tan exigua. Pero todavía sigues teniendo la oportunidad de preguntarte sobre la injusticia cuando escuches Marquee Moon y compruebes cuán grande fue este disco.

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