viernes, 28 de mayo de 2010

TROVADORES EN LA VÍA DEL TREN


Leo en la web de Indyrock que el gran B. B. King actuará el próximo 2 de junio en el Teatro Circo Price de Madrid con motivo de la celebración del cumpleaños (92 del ala) de Nelson Mandela. Bueno, King no es ningún niño precisamente (tiene 85 años, pues nació en Missisipi en 1925), y menos aún el blues, el género que, a finales del siglo XIX y a principios del XX, y dirigido exclusivamente en sus inicios a un publico negro, queda codificado bajo las premisas que muchos ya conocen; es decir, estructuras de doce compases (o de otros múltiples de cuatro), armonías simples, melodías principalmente pentatónicas, y letras desgranadas en tres versos.

La mayor parte de los primeros músicos de blues (W.C. Handy, Leroy Carr, Charley Patton, Blind Lemon Jefferson, Bukka White o Mississippi John Hurt) fueron prácticamente trovadores modernos que engarzan en sus repertorios piezas de folk y country, canciones tradicionales, himnos religiosos y blues primitivos. Pero la principal revolución en el mundo del blues (después de la ajetreada y legendaria vida del maestro Robert Johnson en los años 30) provendrá de la electrificación de la guitarra en los años cuarenta, instrumento emblemático del género. En este sentido, puede afirmarse que el principal valedor de la guitarra eléctrica en el universo del blues fue el tejano T-Bone Walker, pionero en la adaptación del blues al formato de grupo reducido, y predecesor como guitarrista eléctrico.

Sin embargo, hasta ese momento el blues continuó siendo una música marginal, apenas apta para los restringidos circuitos de música, que la consumen en lugares propios y merced a sellos discográficos especializados en ofrecer blues, gospel o jazz al público negro. La transformación esencial en la historia del blues tendrá lugar en varias ciudades (Nueva York, Los Angeles, Houston, Memphis), pero su epicentro se sitúa sin lugar a dudas en Chicago, la Ciudad del Viento, una gran conurbación industrial que acoge en los años 40 una gran parte de la emigración negra procedente del sur y que, merced a la intervención providencial de sellos discográficos como Chess o Mercury, produjo la eclosión del r&b de la mano de algunos de los bluesman más conocidos y legendarios de la historia. Quizá el mas místico y representativo de todos aquellos músicos de nuevo cuño sea Muddy Waters. Pero no estaba solo Muddy Waters para acercar la llama del r&b al mundo. En tan magna empresa le acompañan monstruos como John Lee Hooker, y otra de las figuras decisivas y mas admiradas del r&b producido en Chicago en los años 50: Howlin'Wolf (1910-1976), un hijo de plantadores de algodón que puede ser considerado tranquilamente como uno de los mejores cantantes de blues de todos los tiempos.

Los grandes héroes del r&b como Waters, Wolf o Hooker entran en la década de los 60 con todo su potencial y carisma intactos. No obstante, el nuevo decenio asistirá a la eclosión de nuevas leyendas, varias de las cuales todavía continúan dando guerra y son la actual referencia clásica del género. El mas emblemático de todos ellos es sin duda B. B. King, cuyo nombre real es Riley B. King. El orondo B. B. es un artista con un peso, corporal y artístico, incalculable en el universo del blues, y posiblemente sea el mejor guitarrista que ha ofrecido el género en toda su dilatada historia. Sus primeras grabaciones se remontan a la década de los 50, pero es en los 60's cuando consigue alcanzar un estatus que se ha hecho inamovible. Su voz recia y dúctil y, por encima de todo, un estilo endemoniado de tocar su famosa guitarra "Lucille", heredado de antiguos estilistas como T-Bone Walker o Lonnie Johnson, y que se conformará como los textos sagrados de la guitarra blues para los grupos británicos adoradores del r&b y para las siguientes generaciones de bluesmen negros, son las principales aportaciones de B.B. King a la evolución continuada del blues hasta nuestros días. Unos días (lustros, más bien) en los que el blues evidentemente ha dejado de ser un género con un peso específico importante, pero que sigue reteniendo en sus notas todo el sabor primitivo de la música compuesta e interpretada con el alma y las vísceras. Si eres de los que tienen curiosidad por descubrir a los abuelos de los Rolling Stones, Led Zeppelin y Eric Clapton, o a los bisabuelos de The White Stripes o Velvet Revolver, no lo dudes: descubre el blues y viajarás en el tiempo a un pasado en que todo estaba por hacer y por cantar.

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