lunes, 16 de marzo de 2009

LA TRISTEZA INFINITA


Mañana día 17 de marzo Billy Corgan, el indiscutible líder de los Smashing Pumpkins, cumple 42 (cuarenta y dos) años. ¡Ah, qué rápido pasa el tiempo! Todavía recuerdo el día en que fui a comprarme corriendo su álbum Siamese Dreams en 1993 (¡y en vinilo!) y descubrí a una banda de nervio templado y arrogante creatividad en mi opinión clave para comprender la evolución del rock de los años noventa y de los primeros compases del nuevo siglo. Aunque para mi gusto fue su siguiente álbum, Mellon Collie And The Infinite Sadness, el que mostró en todo su esplendor el amplio abanico de propuestas de Corgan y los suyos.

Mastodóntico, apocalíptico, polifónico, ecléctico, excesivo... Todo esto y más aún puede (debe) decirse de Mellon Collie and the Infinite Sadness, tan largo (más de dos horas de duración) y sugerente como su mismo título. Billy Corgan, líder y geniecillo indiscutible de los Pumpkins, supo dar rienda suelta a su talento creativo y, desmelenándose, fue capaz de parir no una secuela, sino una extensión, corregida y aumentada, de Siamese Dream, su anterior trabajo.

En estado de gracia compositivo, más versátil que nunca, aplacado emocionalmente, Corgan rompió aguas definitivamente con este monstruo jurásico envuelto en sueños del país de las maravillas. Bien secundado por el resto de la banda, el guitarrista James Iha, el batería Jimmy Chamberlin y la bajista D´Arcy, y apoyado en una sólida producción de Flood, Alan Moulder y el propio Corgan, el bueno de Billy fue capaz de plasmar a su conveniencia su habitual catálogo de pesadillas infantiles, recuerdos distorsionados y paranoias psicodélicas.

Y eso es en realidad Mellon Collie..., un compendio de todos los palos que Smashing Pumpkins pueden tocar: melodías cálidas y juguetonas (Take Me Down, Lily, Farewell And Goodnight), canciones de grunge pop altamente contagiosas (Tonight Tonight, Cupid De Locke, We Only Come Out At Night), composiciones nervudas y devastadoras (Jellybelly, Bodies, Tales Of A Scorched Earth), y hasta pequeños y deliciosos experimentos lisérgicos como Porcellina Of The Vast Oceans. Rico, variado y bellamente empaquetado. Mellon Collie And The Infinite Sadness: el más completo trabajo de Smashing Pumpkins; imprescindible para los que todavía apostábamos por el rock bien hecho cinco años antes del cambio de milenio.

Feliciddades, Billy.

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