viernes, 6 de febrero de 2009

DIONISOS EN EL TRÓPICO


Tal día como hoy, en 1945, nació Bob Marley, una de las figuras más populares, decisivas y añoradas de la música popular. Genio musical, líder semiespiritual, fundador de todo un género musical y mito de varias generaciones, los cálidos efluvios de su música todavía son absorbidos y degustados por legiones de seguidores. Hoy es un buen día (mejor el de su nacimiento que el de su muerte; estoy cansado de obituarios por el momento) para viajar hacia atrás en el tiempo y fijarnos en el momento en que Marley publicó el disco que cambió su vida y la de muchísimas más personas: Catch A Fire.

Jamaica es una isla de tamaño medio que forma parte de las Grandes Antillas, el cinturón de islas que delimita el Mar Caribe en dirección norte. Situada a unos trescientos kilómetros al sur de Cuba y a otros tantos al oeste de Haití, Jamaica es una isla montañosa cuya población, unos dos millones y medio de personas, es mayoritariamente negra y afro europea y tiene el inglés criollo como lengua de uso común. Sus recursos, más bien escasos, se reducen prácticamente a la entrada de divisas procedentes del sector turístico, que se beneficia de la buena acogida de sus ofertas entre los norteamericanos, que viajan muy a menudo a parajes de postal como Montego Bay, Ocho Ríos o Savanna-la-Mar.

En los ghettos de las ciudades jamaicanas como Kingston hay poco que hacer. El calor dilata los cuerpos y el paso del tiempo, y cientos, miles de ciudadanos, no tienen otras ocupaciones que descansar, pasear y bailar al son de la música. ¿Qué música? Pues el reggae, ese ritmo cansino y sensual que se puede escuchar a cualquier hora del día en los arrabales de Kingston saliendo de los altavoces de algún gigantesco radiocassette. La popularidad internacional obtenida por el reggae a mediados de los 70's es debida prácticamente en exclusiva a la labor de Bob Marley y los Wailers, su banda de apoyo. Sus discos hicieron de Bob Marley un ídolo de masas y llevaron la música reggae a todos los rincones de la Tierra, a pesar de las críticas de algunos puristas que no veían con buenos ojos cómo la música de Marley y los Wailers se iba occidentalizando cada vez más.

Los Wailers estaban formados en un principio por Bob Marley, Peter Tosh y Bunny Livingstone, con los hermanos Aston Family Man Barrett y Carlton Barrett al bajo y la batería. El sonido tórrido y lánguido de su música estaba caracterizado por un rasgueo cortante y seco de guitarra entrelazado con la línea de bajo, instrumento que se convierte en el estilete de sus canciones, mientras que el bombo de la batería carga las tintas en el segundo y cuarto tiempo de cada compás.

En 1972, tras una corta estancia de Marley en Estados Unidos, Bob Marley crea un sello propio llamado Tuff Gong, con el cual edita al año siguiente el álbum Catch A Fire, la primera obra maestra del grupo, la que le abrió de par en par las puertas del mercado anglosajón y europeo. El propietario del sello Island, Chris Blackwell, vio enseguida todo el potencial que encerraba el disco, y compró los derechos de distribución de Catch A Fire, convirtiéndolo instantáneamente en un clásico de la música reggae y por extensión de la música popular de aquellos años.

El disco encerraba en sus surcos un sonido totalmente nuevo, relajado, poético, desnudo en su rotunda parquedad, como así lo atestiguan temas del calado de Stir It Up, Concrete Jungle o Kinky Reggae. Era el comienzo de una nueva época para Bob Marley, el reggae y la música pop. Y no terminó ahí, ni mucho menos. El reggae era en sus inicicos la música del pueblo, un estilo africanizado, de ritmos lentos, cadenciosos, sensuales y sincopados en el que el bajo se convertía en el alma y ariete del nuevo género. Bob Marley y Catch A Fire contribuyeron a dotarle de dimensión internacional a base de introducir elementos prestados del rock y del pop y a su indudable contenido mesiánico. Algunos rasgos estéticos como los peinados rastas, y el indudable colorido de su puesta en escena terminaban de hacerlos sumamente atractivos para el gran público. El álbum, además, encierra entre sus ritmos y melodías relajadas y cadenciosas toda una suerte de denuncias acerca de la esclavitud y de la dominación del hombre blanco, así como loas al espíritu redentor del rastafarismo, la religión mayoritaria en Jamaica, un compendio de judaísmo, africanismo y black power.

A partir de Catch A Fire y hasta su desaparición en 1981, Marley encadenó un rosario de álbums exitosos y de jugoso contenido como Burnin’, Exodus o Kaya, Con su muerte, Marley se convirtió en leyenda, y su funeral fue un acto de masas de proporciones bíblicas. Su labor en beneficio de la extensión mundial del reggae y la filosofía rastafari resultó titánica y definitiva. Él empedró el camino por el que más tarde transitarían todos los demás. Y la primera piedra fue precisamente este disco, Catch A Fire.

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