Acabo de conocer la muerte de Ron Asheton, el legendario guitarrista de The Stooges, la banda en que se dio a conocer Iggy Pop y que fue un auténtico mito del rock más agresivo y visceral de los años setenta.
Si reuniéramos a 50 críticos musicales de todo el mundo, y se les propusiese hacer una lista con los diez discos más importantes de la historia del rock, buena parte de ellos incluiría Funhouse, el disco más venenoso, furibundo y violento publicado por The Stooges. Su música, plasmada inicialmente en un primer disco bautizado como The Stooges, era un eructo eléctrico lleno de gases incandescentes mal digeridos. Una sección rítmica monolítica martilleaba sin piedad ritmos pétreos sobre los cuales evolucionaban una guitarra crujiente y una voz malévola. La banda se hizo un cierto nombre en el circuito de locales menores de Detroit y alrededores, sobre todo por la catarsis de violencia que suponían sus conciertos.
Funhouse fue una obra de violencia sonora extrema. Su sonido es como un puñetazo en la boca del estómago. La base rítmica actúa como un martillo pilón a plena potencia que taladra cualquier mineral que se le ponga por delante. La guitarra es puro ácido sulfúrico, una pared de sonido inmisericorde y sobresaturado que escupe un mortal veneno. Y la voz... la voz de Iggy Pop hiere, grita, se retuerce de dolor, desafía, se rebela, emplaza y profiere consignas y lamentos a partes iguales. Grabado prácticamente en directo en el interior del estudio, el álbum está considerado como pieza clave en el desarrollo de todo el rock posterior, sobre todo en la eclosión, años más tarde, del punk-rock británico.
Poco después, la muerte del bajista Dave Alexander y la entrada del nuevo miembro James Williamson trajeron un largo periodo de confusión al grupo, conducido al ostracismo y la autodestrucción por culpa de la adicción a la heroína de varios de sus miembros.
No fue hasta 1973 que David Bowie los rescató del olvido y les produjo su tercer álbum, Raw Power. Pero este nuevo trabajo tampoco funcionó comercialmente, y la banda se desintegró al año siguiente, momento a partir del cual Iggy Pop comenzó su propia carrera en solitario.
No fue hasta 1973 que David Bowie los rescató del olvido y les produjo su tercer álbum, Raw Power. Pero este nuevo trabajo tampoco funcionó comercialmente, y la banda se desintegró al año siguiente, momento a partir del cual Iggy Pop comenzó su propia carrera en solitario.
Funhouse era el disco que, cuando yo tenía dieciséis o diecisiete años, escuchaba cuando llovía y quería que saliese el sol, el sol que Ron Asheton ya no volverá a ver. Sirva esta entrada al blog de merecido homenaje.
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