jueves, 15 de enero de 2009

VOLVIENDO A CAMINAR CON UNA MONTAÑA


¡Vaya! Yo hablando el otro día de Ian Hunter y los Mott The Hoople, y resulta que leo por ahí en Internet que hay planes para que se reunifiquen y actúen juntos (toda la formación original nada menos; no hay ningún muerto todavía) durante este 2009, cuarenta aniversario de la formación de la banda y la edición de su primer álbum, Mott The Hoople. En concreto, el grupo ha anunciado que ofrecerá dos conciertos para celebrar el 40 aniversario de su creación, en el Hammersmith Apollo de Londres, el 2 y 3 de octubre.

Excelente oportunidad para reencontrarse o descubrir por primera vez a un auténtico peso pesado del rock de los setenta y ver cómo se las gastaban Hunter, el guitarrista Mick Ralphs, el teclista Verden Allen, y la sección rítmica formada por Dale Griffin y Overend Watts. De Mott The Hoople puede decirse algo sin riesgo a equivocación: fue un grupo sin suerte. Lo intentaron por activa y por pasiva, con diferentes formaciones, cambios de imagen, y padrinos de renombre. Pero su calidad, el reconocimiento generalizado de la crítica musical, y la decisiva influencia que tuvieron en el curso del rock de los años setenta, no fueron recompensados a nivel de ventas y de público como merecían, excepto cuando Bowie les produjo All The Young Dudes, y a raíz de su éxito cosecharon algunos hits entre 1973 y 1974 como All The Way From Memphis, Hoonaloochee Boogie, Foxy Foxy o Saturday Gigs.

Mott The Hoople se formaron en 1969, y de la mano del productor Guy Stevens, firman con el sello Island, con el cual publicarán cuatro álbums hasta 1972, año en que cambian de sello, yendo a parar a CBS. En esta primera etapa, la música de la banda es un compendio de las enseñanzas de Rolling Stones y Bob Dylan, y tiene una vertiente virulenta que le hace pionera del sonido de grupos posteriores como Deep Purple o Uriah Heep. Los Mott, liderados por el cantante y compositor Ian Hunter y el guitarrista Mick Ralphs (más tarde en Bad Company), cosechan una bien merecida fama de banda espectacular en directo. Pero sus prestaciones escénicas no son traducidas en ventas de discos. De hecho, durante una gira europea a principios de 1972, la banda está a punto de desaparecer.

Pero la providencial aparición de Bowie les salva in extremis. El single All The Young Dudes catapulta a la banda hasta su primer número uno en las listas de ventas. Se trata de un tema que lleva la firma de David Bowie por los cuatro costados, pero que Ian Hunter hace suyo y lo canta con su habitual desgarro melodramático. El éxito del single arrastra al álbum a las primeras posiciones de los charts británicos, rescata al grupo de su depresión, lo eleva a la primera división comercial del rock británico, y abre un camino expedito para que los Mott enderezen su carrera. El reconocimiento popular les llega por fin.

Sin embargo, las deserciones de Allen y posteriormente de Ralphs, y la presión de mantener el listón del éxito obtenido, hacen nueva mella en el grupo. A finales de 1974, Ian Hunter tira la toalla y deja el grupo para emprender una fructífera carrera en solitario que demuestra que Mott The Hoople contaba con un líder, cantante, compositor y pianista de primera categoría.

A falta de una confirmación oficial definitiva, se trata de una maravillosa noticia. Yo, por cuestión de edad, no pude verlos en directo, aunque sí he podido disfrutar con la clase y la magia de Hunter en solitario. Y, desde luego, ojalá se animen a montar una gira más extensa y se pasen por aquí.

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